J.M. GRAU. Elche
Lo que comenzó siendo un trabajo más de clase se convirtió en el primer premio, en la categoría de investigación operativa, en el pasado II Congreso Nacional de Estudiantes de Estadística, celebrado en el campus de Elche. [...]
El trabajo consta de dos partes: La primera trata de optimizar los beneficios de una empresa que elabora y reparte sus propias pizzas. La segunda, propone un modelo para seguir el recorrido más corto en el reparto de pizzas por una ciudad, en este caso Elche.
"Todo esto lo logramos resolver haciendo uso de las técnicas y los algoritmos que nos plantea la investigación operativa", apuntan María Francisca Clement y María Luisa Gil, autoras del trabajo denominado "Estudio de una empresa de reparto de pizzas".
"Modelizamos todas las variables de que consta una empresa de pizzas, minimizamos los gastos así como el recorrido y maximizamos los beneficios", explican ambas, al tiempo que añaden que en todo momento utilizaron datos reales. De hecho, una de ellas estuvo trabajando un tiempo en una empresa de este tipo y conocía su funcionamiento.
Estas dos jóvenes señalan que tuvieron que tener en cuenta los tipos de pizzas que existen, los ingredientes posibles, el número de ciclomotores y empleados necesarios... así hasta un total de 149 variables diferentes a las que se les aplicó un modelo matemático a resolver. El resultado, tras un procedimiento de cálculo, es, por ejemplo, el número de empleados y horas de trabajo o el mínimo de pizzas que se deben vender para hacer rentable el negocio.
"Al principio teníamos muchos empleados y el algoritmo era in factible: Luego lo ajustamos y nos daba que un único trabajador debía trabajar 300 horas, lo que era imposible. Así hicimos hasta cinco planteamientos diferentes hasta encontrar beneficios", indican estas ilicitanas.
Con respecto a la segunda parte del estudio, la utilidad para los repartidores de pizzas, ambas detallan que cogieron un plano de Elche a escala y lo dividieron en 8 zonas. “Medimos diversas distancias por zonas respecto a la ubicación de cada local de pizzas y minimizamos el recorrido. También tuvimos que conocer la dirección de las calles, porque se supone que los repartidores de pizza no infringen las normas de circulación", apuntan entre sonrisas ambas.
Estas dos estudiantes aseguran que este trabajo puede extrapolarse y aplicarse a cualquier otra ciudad y empresa de pizzas que quiera conocer cómo mejorar sus beneficios y el recorrido de sus repartidores. Pese a que todavía no han recibido ninguna llamada interesándose por su trabajo, aunque en realidad no lo hicieron con este motivo, aseguran, tras realizar este estudio, que "las matemáticas se pueden aplicar a todo".
INFORMACIÓN, 11 de Octubre de 2000
http://www.iescarrus.com/edumat/prensa/art2000/art2000_05.htm
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