
En cierto momento uno de los matemáticos dio la voz de alarma: "¡Viene el cobrador!" Todos los matemáticos corrieron al baño más cercano y se encerraron dentro. El cobrador, viendo que el baño estaba ocupado, golpeó a la puerta y dijo: "¡Pasaje, por favor!". La puerta se entreabrió y salió una mano con el boleto. El cobrador lo perforó y lo devolvió.
Cuando el cobrador se fue los matemáticos salieron del baño y se fueron a sentar tranquilamente, mientras los médicos los observaban asombrados. En el viaje de vuelta los médicos decidieron hacer la misma cosa y compraron un solo pasaje. Los matemáticos, sin embargo, no compraron ni siquiera uno.
En cierto momento, durante el viaje, uno de los matemáticos exclamó: "¡Viene el cobrador!" Los médicos corrieron a un baño y los matemáticos a otro. Uno de los matemáticos sin embargo, antes de reunirse con sus colegas, golpeó la puerta de los médicos y dijo, imitando la voz del cobrador: "¡Pasaje, por favor!".
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