La leyenda cuenta que cuando el libro se estaba imprimiendo, el editor se dio cuenta de que estaban quedándose sin letras debido a la gran cantidad de ecuaciones que tenía. Entonces este editor le preguntó a Descartes si podía emplear otras letras para las ecuaciones, y el sabio francés le respondió que era indiferente qué letras se utilizasen. El maestro editor eligió la X por la sencilla razón de que en francés esa letra se utiliza poco. Sin embargo, otros autores afirman que la X se usó, desde antes, concretamente como abreviatura de la palabra árabe shei (cosa), lo que sin duda también tienen sentido, dada la potencia del conocimiento árabe de las matemáticas. Diofanto usaba una letra griega con acento para representar una cantidad desconocida. Este matemático griego, heredero intelectual de Euclides, Arquímedes y Apolonio, es el autor de una obra llamada La Aritmética, en la que introduce por primera vez una serie de abreviaturas para las incógnitas y las operaciones aritméticas, iniciando lo que hoy se conoce como el álgebra sincopada. Por ello es considerado por muchos como el padre, o el abuelo, del álgebra.
“El olvido de las matemáticas perjudica a todo el conocimiento, ya que el que las ignora no puede conocer las otras ciencias ni las cosas de este mundo”.(Roger Bacon)
lunes, 5 de mayo de 2008
Uso de la letra X
¿De donde viene el que usemos la letra X para representar aquello que no conocemos? Pues, hay historias para todos los gustos. Una de ellas dice que el uso de las letras x, y, z para representar incógnitas y, en cambio, utilizar las primeras del abecedario para valores conocidos, aparece por primera vez en el libro La Geometrie, de Descartes.
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